viernes, 8 de febrero de 2008

Un estudio antropométrico divide a las españolas en: diábolo, campana o cilindro.

El 86% de las mujeres se encuentra en un rango de peso convencional, pero aún así, más de un tercio confiesa tener problemas para encontrar su talla de ropa.

Se ha analizado una muestra de 10.415 españolas divididas en 10 grupos de edad diferentes y procedentes de 59 ciudades, servirá como punto de partida para elaborar un nuevo patronaje para el sector textil. La intención es elevar la propuesta en el futuro a la Unión Europea, para establecer un marco común de normalización de tallas.

Este sistema, en lugar de incluir una talla única tal y como ocurre hoy en día, debería contemplar varios parámetros, con tres códigos de dígitos que incluirían la medida de pecho, cintura y cadera.

Eso permitiría solucionar el problema del 43% de mujeres que dice enfrentarse a prendas demasiado pequeñas para su cuerpo, y del 22%, que suele encontrar modelos demasiado grandes.

Entre ellas, las que más difícil lo tienen son las jóvenes entre 19 y 30 años.
Esta no es la solución para los problemas de anorexia, si quieren hacer un estudio y dividir a las españolas en diábolo, campana y cilindro, en esos parámetros, me parece una idea descabellada y absurda.

Las mujeres que por su constitución usan tallas pequeñas como la 34 o la 36, ¿tienen que quedarse sin ropa porque empezarán las tallas por la 38 según un estudio?, ¿qué harán?, ¿hacer su propia ropa?,¿tener un modisto?. Todas las que son delgadas no quiere decir que sean anoréxicas. Al suprimir esas tallas no harán que la anorexia o la bulimia desaparezcan sino que seguirán existiendo.
¿En esos parámetros entran las mujeres que usan menos de una talla 38?.

Esta imposición es injusta para las que no utilicen esa talla.
En un estudio tiene que valorarse toda la población, las diferentes medidas que pueden existir. ¿Por qué no entran en ese estudio las mujeres que usan la 34 y 36? ¿Es que son discriminadas por su tallaje?. Pues realmente existen en nuestra población, son una realidad y eso no quiere decir que son anoréxicas o bulímicas y tienen que tener los mismos derechos que las demás para comprar dichas tallas.
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