Una estudiante saudita de 13 años ha sido condenada a recibir 90 latigazos y dos meses de cárcel por haber llevado un teléfono móvil al colegio. El castigo se aplicará delante de sus compañeros de clase.
Al parecer, los hechos ocurrieron cuando la directora del colegio requisó el teléfono portátil a la niña alegando que las cámaras de fotos están prohibidas dentro del recinto escolar. La niña reaccionó lanzándole una taza a la cabeza de la directora como respuesta. Pero lo curioso del caso es que ha sido la propia directora quién, tras presentar la pertinente denuncia contra la menor, solicitó a los tribunales que la alumna fuera flagelada “para educarla”, según ha publicado el periódico Al Watan.
Este tipo de penas están reservados a autores de pequeños hurtos. A pesar de la edad de la niña la Sharia (Ley Islámica) permite recurrir a la flagelación del ‘pecador’ por motivos tales como el adulterio; pero además permite que se recurra a la amputación de miembros a los ladrones- primero una mano y si es reincidente un pie. A los acusados de asesinato les espera la decapitación…
Los cines y conciertos de música están prohibidos. La policía religiosa vigila las calles para asegurar que no se establezcan relaciones entre hombres y mujeres.
Arabia Saudí es el país líder mundial en el empleo de la tortura mediante azotes, decapitaciones públicas y la utilización pública de la crucifixión de prisioneros condenados.